[OPINIÓN] Iván Arenas: “Entre Puno y Ayacucho”. (Foto: EFE/Aldair Mejía)
[OPINIÓN] Iván Arenas: “Entre Puno y Ayacucho”. (Foto: EFE/Aldair Mejía)

El Comité Colegiado de Organizaciones Sociales de Puno y sus diversos representantes, casi todos de izquierda, anuncian una paralización para el próximo 7 de diciembre, día que se cumplirá un año del golpe de Estado de Pedro Castillo, la sucesión constitucional que puso a Dina Boluarte en el Gobierno y el inicio de las violentas protestas que desafortunadamente dejaron heridos y muertos; insurrecciones que duraron tres meses. Las protestas también son para recordar los saldos lamentables de los enfrentamientos.

No se sabe si estas protestas tendrán algún impacto negativo en la gobernabilidad del país. Por lo pronto, todo indica que si bien habrá movilizaciones a nivel regional tendrán el mismo final que las anteriores protestas. Vale recordar que el 12 de octubre hubo una movilización en varias regiones sureñas, protestas que fueron tan tenues que pasaron desapercibidas en Lima.

Si las movilizaciones en Puno no repercuten de manera importante en la agenda nacional, habrá sido un fracaso que terminaría por liquidar todo intento de reorganización social, político e ideológico desde el sur. El poco peso electoral de Puno lo compensa con un peso político y cultural, además de la migración puneña en todo el sur y en Lima.

En Ayacucho, el otro centro de las pasadas protestas violentas todo ha cambiado. Por ahora no hay llamados a acatar un paro desde el 7 de diciembre, pero sí algunos eventos. Por el contrario, el poderoso Frente de Defensa de los Pueblos de Ayacucho (Fredepa) ha cambiado de mando en los últimos días cuando siempre estuvo en manos de la izquierda local cercana al maoísmo y a la “inteligentzia” senderista.

Los nuevos dirigentes del Fredepa provienen de diversas tendencias de la izquierda y han participado en elecciones en cuanto movimiento y partido hay.

El maoísmo agrupado en el Sutep regional ha perdido las elecciones frente a un movimiento de jaque mate realizado por integrantes de Patria Roja y apristas de Parinacochas. Todo indica también que en las dos ciudades, Puno y Ayacucho, las protestas no tendrán el mismo impacto que a principios de año. ¿Por qué?

Quizá una primera respuesta es que los grupos convocantes —de izquierda casi siempre— no salen de su agenda cansina (liberación de Pedro Castillo, asamblea constituyente y renuncia de Dina Boluarte).

Con semejantes demandas es una obviedad que será difícil la movilización. Mientras la delincuencia y la falta de Estado son evidentes, los convocantes se preocupan por Pedro Castillo.

La segunda es que en las regiones hay una contracción económica y del empleo, amén de la ineficiencia del Estado, y las proximidades a las fiestas navideñas que sirven para reactivar la economía local.

Ante estas realidades es casi seguro que las protestas que empezarán los primeros días de diciembre no sea lo que esperan.

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Ricardo Valdés