[OPINIÓN] Iván Arenas: “El antifujimorismo-fujimorismo y la caída de las inversiones mineras”. (Foto: Minem)
[OPINIÓN] Iván Arenas: “El antifujimorismo-fujimorismo y la caída de las inversiones mineras”. (Foto: Minem)

Se acaba de cumplir un año del golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, amén de la asunción constitucional de Dina Boluarte a la primera magistratura de la República. A una primera vista, estos doce meses de mandato de la primera presidenta en la historia republicana no han sido los mejores. Basta ver los indicadores sociales y económicos.

Hubo un tiempo, cuando este país crecía a tasas importantes del PBI, que había quienes decían que la política y la economía iban por cuerdas separadas. Craso error. Si hay algo que preocupa hoy a las inversiones privadas, (que son más del 80% de la inversión total), es la continua crisis política que genera gran incertidumbre. El capital convive con el riesgo, pero nunca con la incertidumbre.

En Arequipa, en el marco del Perumin36, el presidente del BCR explicó que, por ejemplo, la inversión privada minera caerá un 18% este 2023 y alrededor de un 5% el próximo año. Otro dato importantísimo: no hay proyectos mineros con una alta inversión que empujen la economía durante 2024.

¿Por qué hemos llegado a esta situación tanto política, social y económica? Considero, como otros, que la polarización entre el fujimorismo-antifujimorismo es la principal de las causas. Semejante polarización se asemeja a una guerra de religiones, a una batalla de pasiones entre amigos/enemigos que ha pulverizado todo tipo de acuerdo o pacto y ha degradado el espacio político, además de haber convertido a las instituciones tutelares de la República en caja de resonancia de intereses tanto de tirios y troyanos. Después de la caída del fujimorato a principios de 2000, aquí no hubo una transición, sino un intento de excomulgar al otro.

La llegada de Pedro Castillo a la jefatura del Estado (acompañado de toda una recua de ineptos y de ladrones), y el posterior ascenso de Boluarte al olimpo del poder es producto de esta falsa polarización fujimorismo-antifujimorismo, y me temo que continuará.

Si bien la democracia ha indultado al expresidente Alberto Fujimori (autor de un golpe), todo indica que en lugar de ser un cambio de época y dar paso a una transición de pactos y acuerdos, la guerra continuará y se llevará todo a su paso.

Mientras la política se envilece, el mundo necesitará más cobre para la cuarta revolución industrial, pero eso no interesa mucho. Hoy la minería formal, que paga tributos, genera empleo y reduce pobreza se ve atacada y aterrorizada por las bandas criminales; sumar a ello que la inmensa masa de informalidad en la minería avanza sin una política de formalización y la minería ilegal depreda bosques, ríos y convive con otras economías delictivas. Nada eso interesa en la guerra absurda y falsa entre fujimorismo-antifujimorismo. ¿Quién invertirá en un país así?

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