El hombre con el que compartía un hogar acabó con su vida de 10 puñaladas. Ocurrió en . Al asesino no le importó la presencia policial en las calles por la crisis sanitaria: los feminicidas no descansan ni en la peor pandemia y la violencia a la que están expuestas las mujeres del Perú tampoco.

Así lo asegura ONU Mujeres, organismo de las Naciones Unidas que hace una semana advirtió que la expansión del coronavirus en el mundo y las medidas de los gobiernos para contener el COVID-19 han generado un aumento de violencia de género, en especial en aquellos sectores donde se registran altos niveles de pobreza. Primero fue China, Corea, Italia y Francia, y ahora son los países de de Latinoamérica y El Caribe los testigos de esta peligrosa tendencia.

Se trata de un daño colateral de la cuarentena y el aislamiento social por la expansión de la enfermedad. Kathe Soto, fundadora de Mujeres Desaparecidas, asegura que lamentablemente son en las situaciones de emergencia nacional en las que las mujeres y niñas están más expuestas a sufrir daños de sus agresores. Se trata de un riesgo constante porque prácticamente están obligadas a convivir con quienes en un futuro no muy lejano podrían ser sus verdugos.

“Es importante sacar a la luz este hecho. Hay que tener en cuenta que las cifras de violencia sexual es sumamente alta con respecto a agresores directos, es decir, agresores que son del núcleo de la familia. Muchas de las niñas, adolescentes y mujeres se encuentran conviviendo con sus agresores. Se está minimizando los riesgos de la violencia dentro del círculo familiar”, sostuvo en conversación con Perú21.

Kathe, comprometida con esta causa a través del activismo, sostiene que así como el coronavirus en un problema mundial, la violencia contra las mujeres también. Por ello, es importante que desde el gobierno se establezcan soluciones rápido para esta crisis sin precedentes.

“Las cifras de violencia sexual son cifras ocultas dentro de la cuarentena, al igual que los intentos de feminicidio. No necesitamos de un feminicidio para saber que hay una mujer en cuarentena sobreviviendo a violencia familiar. Ya hay una víctima, pero, ¿cuántos intentos de feminicidios no se han denunciado? Se tiene que dar visibilidad a la problemática, tenemos que resguardar la integridad de las mujeres”, aseguró.

¿Qué se debería hacer?

Las soluciones que propone Kathe Soto son diversas, desde reforzar las estrategias empleadas por el Ministerio de la Mujer hasta tomar como ejemplo iniciativas de otros países de la región que también presentan grandes índices de violencia.

Otro punto importante que sugiere es no perder de vista la cifra de mujeres desaparecidas y sus familias. Para la socióloga, el trabajo del Poder Judicial y la Fiscalía no debería detenerse y por eso, se necesita buscar soluciones que permitan el acceso a la justicia y a la vez preserven la salud de las personas. “Así como hay respuesta inmediata para la salud pública, que es sumamente importante, también es necesario solucionar este problema mundial que es la violencia contra la mujer. Las respuestas de las autoridades deben ser oportunas. Necesitamos difundir y mejorar las líneas de emergencia”, opinó.

Qué pasa en el Perú

En Perú, la Línea 100 o el Chat 100 (que funcionan las 24 horas del día) tienen cierto grado de efectividad. Según la jurisdicción de la llamada, el equipo de cada Centro de Emergencia Mujer (CEM) acude a las viviendas. Pero como era de esperarse, el coronavirus y el aumento de llamadas por el aislamiento social han afectado estos canales de comunicación.

Por otro lado, hay leyes que señalan que las mujeres con medidas de protección deberían tener un canal de comunicación directo con la comisaría de su localidad. En teoría, cada comisaría debería tener un mapa georeferencial donde están identificadas las casas que habitan mujeres en riesgo. Si se cumple o no esta normativa es otra historia.

Para quienes no tienen medidas de protección, el Ministerio de la Mujer recomienda llamar a la comisaría más cercana o solicitar ayuda del personal policial que realiza patrullaje.

Ejemplos que valen la pena

COLOMBIA – BOGOTÁ

En esta ciudad se ha mejorado la Línea Púrpura, que funciona al igual que la Línea 100 de Perú y sirve para denunciar casos de violencia contra la mujer en todo el país.

Al ver que las denuncias triplicaron tras la cuarentena por COVID-19, se estableció que a cada una de las 20 localidades que conforman la ciudad tengan una línea directa para hacer las denuncias correspondientes. Así las municipalidades pueden gestionar y responder de forma directa las denuncias y las víctimas pueden acceder más rápido a psicólogas y abogadas a determinados horarios.

¿Por qué debería imitarse esta propuesta en Perú? De acuerdo con Kathe, las cifras demuestran que la respuesta nacional es muy lenta porque recibe, focaliza y redistribuye la ayuda, que a veces llega tarde o no llega nunca.

ESPAÑA - ISLAS CANARIAS

En España, el gobierno de las islas Canarias lanzó un programa de la mano de dos colegios de farmaceúticos para proteger a las mujeres llamado “Mascarilla-19”. La iniciativa es para que las víctimas de violencia puedan alertar a las autoridades que su vida peligra. Para activar la alarma, tienen que ir a la farmacia y pedir una "Mascarilla-19" y automáticamente quienes la están atendiendo se pondrán en contacto con la línea de emergencia mujer y alertarán a las autoridades.

DATOS

  • El presidente Martín Vizcarra informó que hasta el momento la Línea 100 ha recibido más de 600 denuncias, de las cuales se ha podido verificar y atender 169. ¿Y el resto?
  • En los primeros ocho días del estado de emergencia, la mencionada línea gratuita reportó 2,855 llamadas telefónicas efectivas.
  • Desde que inició la cuarentena, los Hogares de Refugio Temporal (HRT), que brindan un espacio seguro de acogida a las mujeres afectadas por hechos de violencia de género junto a sus hijos e hijas, albergaron a 18 mujeres.